Lo cierto es que, como siempre, al final sólo nos tenemos que dejar llevar ....
Y así, sintiendo que tenía que irme hoy por la tarde a tomar un café con Luis al pueblo de Sineu/Mallorca, nos llevó el instinto a una parte del pueblo que nunca habíamos ido y al final llegamos a un convento Franciscano que tenía las puertas abiertas. Entramos y nos acercamos hasta una pequeña capilla con un altar y una retablo donde se veía en su parte inferior una estatuilla de un monje muerto. Detrás de éste había un curioso dibujo con un barco navegando por aguas presumiblemente de las Américas. Se trataba pues de un misionero.
¡Qué interesante casualidad que hoy, día que conmemora la llegada de Colon a América, hayamos encontrado este rincón en un convento de Sineu.
Decidimos pues encender 2 velas en favor del perdón entre misioneros y indígenas.
Una vez más mi sentir se acabó cumpliendo este día.